Los antiguos utilizaron el escorpión para representar el descenso del Sol tras el equinoccio de otoño, la noche más larga, a causa de la predilección de éste por los lugares oscuros.
Escorpio, signo de agua, representa la sexualidad, las energías creativas, el ataque, o la inventiva. Pero también puede derivar en pasiones desbordantes, violencia, o falta de escrúpulos.